Andamios. Un mundo desconocido para muchos. Una imagen que para la mayoría no es más que un montón de hierros conectados entre sí y pegados a la fachada de un edificio.
Pero, como en todo, existen muchos tipos y usos para los andamios, y en el blog de hoy os vamos a contar un poco sobre ellos, para que aprendáis algo nuevo antes de iros a dormir.
Un andamio es una construcción provisional que permite el acceso de los obreros y del material a los distintos puntos de un edificio en construcción o rehabilitación. También se utilizan en la construcción naval. Su estructura comprende puentes, pasarelas, plataformas y escaleras, sostenidas por madera o acero.
Es importante conocer cuáles son sus fortalezas y debilidades, así cómo el peso que pueden llegar a soportar, cómo deben ser montados frente a la fachada de la construcción o las medidas de seguridad pertinentes para evitar accidentes.
El proceso de montaje es bastante complejo, con muchos factores a tener en cuenta, como la disposición de las diagonales, el amarre a la fachada, el arriostramiento vertical, la disposición de las plataformas y la protección perimetral; sin olvidar las condiciones ambientales tales como un viento excesivo, fuertes lluvias o tormentas eléctricas.
El desmontaje se realiza en proceso inverso al de montaje, teniendo especial cuidado a la hora de retirar los anclajes y garantizando siempre la estabilidad de la estructura.
Hay que tener en cuenta también que no solo está la parte física, sino que existen una serie de documentos y actas de obra que se deben ir cumplimentando durante todo el proceso, como el plan de montaje, utilización y desmontaje, materiales, herramientas y maquinaria entre otros.
¿Qué tipos de andamios existen? Muchos. Pero eso lo dejamos para otro día.